Quisiera contar una historia de un hombre
mayor que conoció a una joven, a pesar de tratarla poco, se enamoró,.
Ella se sintió atraída, nada más. El se alejó por varios años, pero a su
regreso, ella lo miraría con ojos de amor.
Es una historia que quisiera contar con mucho cuidado ya que
puede confundirse con cualquier otra historia, de las muchas que hay
donde hay una marcada diferencia de edad.
Ella tenía un blog y también un novio; tenía una profesión a penas
comenzada y una linda figura, que se mostraba en una foto con ropa de
baño en una playa (vaya, qué foto, vaya, qué piernas); tenía su sonrisa,
el mismo atractivo que tiene hoy. De lo que tenía, al parecer, el novio
ya no está y su profesión hace unos días la terminó.
Ella dejaba ver en un blog, algunas cosas de
su vida. El se deleitaba leyéndola, pero comentaba poco, tan solo para
inspirarla y que volviera a decir algo por escrito. Las contradicciones
de su mundo y la forma de afrontarlas, le encantaban de ella, así como
su sensibilidad, algo le decía que eran compatibles.
Ambos se recordaban, pero a ella se le
notaba más.
El también escribía en su
blog. Era una forma insólita de quererse. Ella sabe ponerlo ansioso,
luego lo frena, sin saber, ella, que es de los hombres que una vez los
frenen, por mucho que quiera, difícilmente lo volverá a intentar.
Si escribiera ésta historia en primera
persona, diría algo así:
Tal
vez la confunda al no ser explicito, pero si supiera de mis sentimientos
estoy en desventaja, pues no estoy seguro de los suyos.
Por el momento así que se quede, al fin es
una historia y la puedo continuar mañana.
Arquímides Guillén